Ni soy de Madrid, ni soy de Barcelona. Pero muchas gracias por preguntar.
Nada, un poco hasta los mismísimos que a uno le pregunten a cada paso si es de Barcelona o de Madrid. Ocurre cuando el interlocutor descubre que uno procede de un país llamado España. Entonces se encienden varias luces. Azulgranas y merengues para más señas. “Ah España, ¿eres de Barcelona? Messi, Messi”, “No”, dice uno…